Editorial

Resumen

La incertidumbre que acompaña a cualquier cambio, personal, social, cultural, político, económico, histórico, magnánimo o pequeño, no es ajena a la que se manifiesta en las transformaciones de los paradigmas educativos. Caso insigne de esto, la implementación a partir del ciclo escolar 2019-2020 del modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) genera recelo porque implica una nueva etapa en el devenir de los procesos de aprendizaje, así como una reconceptualización de los actores, los temas, las técnicas y las estrategias docentes existentes en la educación pública mexicana.